El servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario de Ceuta (HUCE) tiene vacante «para 5 años». Julián Domínguez, jefe del servicio, trabaja todas las tardes «porque el trabajo nunca termina» por la mañana. Es justo.» Se pregunta por qué ningún especialista quiere trabajar en Ceuta, y él mismo responde: «no hay suficientes incentivos». Mientras las administraciones competentes de comunidades con problemas similares, como Baleares, empiezan a atraer profesionales mediante integraciones en puestos de difícil cobertura los incentivos continúan sin llegar al HUCE.
Aunque la declaración de las plazas sanitarias de Ceuta y Melilla como de difícil cobertura o realización fue aprobada en el Boletín Oficial del Estado en febrero de 2023, la aplicación de los incentivos resultantes depende del Ministerio de Hacienda. Se desconoce el monto que se destinará para atraer y retener a los trabajadores de la salud. Pese a ello, INGESA propuso que los sindicatos acuerden los porcentajes de esta cantidad a destinar a cada servicio de salud.
En la mesa sectorial del pasado 8 de junio, CSIF, Comisiones Obreras (CC.OO), Sindicato Médico de Ceuta (SMC), SATSE, UGT y USAE tuvieron que votar la cuantía correspondiente a cada sector profesional, que previamente habían acordado grupo de trabajo. Sin embargo, a pesar del apoyo de SATSE, la abstención de CSIF y CC.OO y el rechazo de SMC y USAE, la iniciativa no prosperó.
La distribución porcentual entre los distintos grupos de profesionales sanitarios acordados en el grupo de trabajo fue: A1 (Atención Especializada y Atención Primaria) acumularía el 49%; A2 (Enfermeras y Fisioterapeutas) obtendría el 36%; mientras que C1 (Técnicos Superiores en diversas áreas asistenciales) y C2 (Auxiliares de Enfermería) mantendrían el 7,5%. La principal reivindicación de los distintos sindicatos, en particular CC.OO y CSIF, se centró en la necesidad de conocer el importe total. Por desconocimiento del asunto se abstuvieron.
Más allá de los desacuerdos entre los sindicatos, la aplicación de los incentivos derivados de la declaración de los centros de trabajo de Ceuta y Melilla como «Zona de difícil cobertura» está paralizada porque su aprobación depende de la autorización del Ministerio de Hacienda, que debe incluir la partida en los Presupuestos Generales del Estado.
El caso de las Islas Baleares
El jueves 30 de noviembre el Boletín Oficial del Estado publicó el ‘Decreto-ley 5/2023, de 28 de agosto, de medidas urgentes en los sectores educativo y sanitario. en las Islas Baleares. Julián Domínguez lo cita como un ejemplo de buen hacer. «Se emocionan y se activan cuando ven que allí no hay médicos, tanto por el tema del idioma como porque si te vas a vivir a Ibiza o Mallorca tu sueldo se destinará al alojamiento». Baleares es incluso pionera en declarar algunos puestos como «muy difíciles de cubrir».
“En Ceuta y Melilla se hizo mal. No hay coberturas difíciles en todos los trabajos”
Según este decreto ley, el Ministerio de Sanidad, que en Baleares tiene competencias sanitarias, pero no en Ceuta, planteará al Consejo de Gobierno que en aquellos puestos «con necesidad urgente de cobertura» las cuantías serán la tarifa que deben percibir los profesionales, que puede alcanzar hasta el 300% del importe del complemento para puestos de difícil cobertura. La duración de la medida también deberá ser acordada entre el Ministerio de Sanidad y el Consejo de Gobierno. Mientras tanto, el plazo para la aplicación de incentivos en el territorio de INGESA es de dos años, habiendo transcurrido ya 10 meses.
En la declaración de ‘Área difícil de cubrir’ del Servicio de Salud de las Islas, los requisitos para la designación van desde criterios sociales como el precio medio de alquiler de una vivienda hasta si se ha acumulado un determinado número de horas en el «último año natural adicional respecto al jornada ponderada anual que les corresponde». En Ceuta se declararon de difícil cobertura los puestos de trabajo de todos los sanitarios. Domínguez considera un «error» que no haya discriminación entre grupos profesionales en función del déficit de cada uno.
Cree que en Ceuta y Melilla «se hizo muy mal, porque desde el principio todo el personal sanitario fue declarado difícil de cubrir, pero eso no es cierto. No todos los puestos de trabajo son difíciles de cubrir». Parece «razonable» abarcar a todos los trabajadores, pero siempre empezando por aquellos servicios que tienen «un déficit terrible». «Si no tenemos traumatólogos, no tendremos un servicio de traumatología suficiente, pero tampoco necesitaremos enfermeras, auxiliares ni celadores. Si no hay torero, no hay corrida de toros».
«La pregunta no es por qué no vienen, sino por qué se van»
Defiende que si el dinero destinado por el Gobierno para los complementos de «zonas de difícil cobertura» se reparte entre todos los colectivos profesionales, al final «no favorecerá a aquellos puestos en los que hay escasez de personal». “Si al oncólogo le ofreces 500 euros más al mes no vendrá, no le compensará venir a Ceuta”. También garantiza que este «bono económico» lo podrán obtener especialistas «realizando alguna consultoría adicional en cualquier otra comunidad autónoma». Según él, el problema inicial fue la «miopía de los sindicatos de clase, en este caso CSIF, CC.OO y UGT».
Efectivamente, mientras el CEMSATSE (Sindicato Médico de Ceuta antes de incorporarse al SATSE) afirma que la voz se dirige a colectivos profesionales en los que hay escasez de personal, que para ellos son principalmente médicos y también enfermeras, otros sindicatos se matran. Para CC.OO, por ejemplo, los incentivos económicos ni siquiera son la solución, ya que, en su opinión, la cuestión está mal formulada, como expresaba Carolina Gallego a este periódico hace unos meses: «La cuestión no es por qué no se , pero ¿por qué se van?
¿Por qué se van?
Es el caso de María Hayón, originaria de Ceuta, especialista en el servicio de Endocrinología del HUCE desde 2020, que acudió el pasado mes de octubre al hospital Virgen de las Nieves de Granada a pesar de tener familia en la ciudad autónoma y ganar menos en el servicio andaluz de Salud. Según confesó a este diario, se marchó por la «sobrecarga de cuidados» que había soportado desde que empezó a trabajar en el hospital, donde asumió «el trabajo de 2 o 3 endocrinólogos», además de que Había pasado 3 años esperando una estabilización de su posición que nunca llegó.
“Si se aumentara la plantilla también se podrían abrir consultas monográficas, donde los especialistas se encontrarán mucho más cómodos, podrán desarrollarse como profesionales, investigar o publicar”
Para Domínguez la respuesta es esencialmente la misma: no hay suficientes incentivos. Cree que, si se incentivara económicamente a los médicos, vendrían a Ceuta y la plantilla aumentaría. Sin embargo, reconoce que el dinero no es suficiente. “Si se aumenta la plantilla también se podrían abrir consultas monográficas, donde los especialistas estarán mucho más cómodos, podrán desarrollarse como profesionales, investigar o publicar”.
Una de las medidas no económicas propuestas es ofrecer puestos de difícil cobertura «mediante concurso extraordinario y no con oposición». Lo ejemplifica con el caso de los profesores universitarios: “primero te acreditan como profesor universitario y luego te sale la oposición”. «Si los médicos tuvieran una posición propia, se quedarían».
El tercer tema que cree importante es, básicamente, «Ceuta». Se queja de que la Ciudad Autónoma «no es capaz de tener una política de vivienda en la que haya suficiente para que la gente no tenga que pagar alquileres ilegales». También menciona la mejora de prestaciones “en el ámbito cultural”, “incluido cualquier aspecto que pueda mejorar la calidad de vida en Ceuta”.