Marea Blanca ha decidido ampliar el alcance de sus reivindicaciones contra el deterioro de la salud pública en Andalucía y sacarlos de las calles a los tribunales. Este jueves a las 11.00 horas esta plataforma ciudadana presentará simultáneamente una denuncia ante las fiscalías de las ocho provincias andaluzas al considerar que las largas esperas para conseguir cita o pasar por quirófano ponen en riesgo la vida de los pacientes. «Queremos incidir en la ciudadanía para que otros pacientes vulnerables que, al no haber sido atendidos a tiempo, han visto empeorar su situación se sumen a la denuncia», explica Sebastián Recio, portavoz de Marea Blanca.
Un paciente con cáncer de pulmón que acudió al Servicio Andaluz de Salud (SAS) con un nódulo que ya había metastatizado en el momento del TAC y que ahora se encuentra en situación terminal y otro con problemas cerebrales que sufre una hemorragia que podría se hubieran evitado si no se hubiera retrasado su reconocimiento médico, son los dos casos concretos que Marea Blanca incorporó a la demanda. «Queremos que este sea el comienzo y que el resto de ciudadanos se sientan consultados y expongan sus razones», insiste Recio. La carta comenzaba con una queja genérica explicando el empeoramiento del estado de salud provocado por las listas de espera de los pacientes andaluces que, en algunas especialidades delicadas como neumología, tienen un retraso de más de dos años.
Juan Carlos Barrionuevo lo sabe bien. En noviembre se cumplirán dos años desde que este jiennense de 48 años, que padecía apnea del sueño, fuera sometido a reconocimiento médico en la Unidad del Sueño del área de Neumología del hospital de Jaén. La cita para recoger los resultados era para el 22 de junio de 2023, pero poco antes recibió una carta cancelándola hasta nuevo aviso. Harto de la espera, en agosto pasado presentó una denuncia ante el SAS, que respondió días después, justificando la cancelación en el número de pacientes que acudieron a consulta de neumología tras la pandemia y que no pudieron ser evaluados en ese momento y en la falta de especialistas. .
“Esto es una vida sin vivir, llevo dos años sin saber el diagnóstico de mi enfermedad, porque hay diferentes tipos de apnea y no sé qué tratamiento debo darme”, explica. Barrionuevo acudió a Neumología hace poco más de dos años debido a su delicado estado de salud. “Pesaba casi 200 kilos y las noches eran insoportables, mi esposa tenía que vigilarme toda la noche porque muchas veces dejaba de respirar y estaba cansado todo el día”, relata. Neumología es una de las especialidades que tiene una lista de espera más larga. En el caso de Jaén, según los últimos datos del SAS de este verano, un neumólogo puede atender en primera instancia a un paciente durante más de cuatro meses.
Una situación generalizada en toda la comunidad. Según datos publicados en junio, más de un millón de andaluces, el 12% de la población, estaban esperando una visita médica o una cirugía. El número de personas registradas para cirugía fueron 215.275 y los que esperan ser los atendidos en hospitales ascendieron a 848.787. Las listas de espera han aumentado un 25% desde que Juan Manuel Moreno asumió como presidente del Gobierno en 2019, por lo que su Gobierno ha hecho de su reducción el objetivo prioritario de sus políticas sanitarias.
El Consejo lo anunció en febrero. una inversión de 283 millones en un nuevo plan de choque —el tercero con el mismo propósito— reducir en un 60% el número de pacientes que no tuvieron tiempo de ser intervenidos quirúrgicamente y en un 18% el resto. De esa cantidad, el 58% se destinó a autoconciertos con la sanidad pública y el resto, el 42%, a conciertos a través de contratos sanitarios privados, que comenzaron a adjudicarse a finales de julio. En junio, en una de sus últimas intervenciones, la exministra de Salud, Catalina García, aseguró que la iniciativa estaba surtiendo efecto porque, mientras en diciembre de 2023 había 53.014 pacientes esperando cirugía fuera de los plazos garantizados, el 10 de junio había 44.851, 8.163 pacientes menos y que la lista de espera para una primera visita a clínicas con un retraso superior a 60 días era de 443.755 andaluces en lugar de los 486.562 de diciembre de 2023, un 8,8% menos.
Obligado a someterse a una cirugía privada
No parece ser el caso de la cuñada de María -que prefiere no desvelar su nombre real-, una granadina de 51 años a la que hace unas semanas le encontraron un agujero en la mácula que requirió cirugía de emergencia para no perder la vista. «El diagnóstico lo hizo el médico particular y acudimos a urgencias de Oftalmología del Seguro Social, donde lo confirmaron, pero cuando fuimos a sacar la cita para la cirugía nos la dieron para abril del año pasado. Fue manejado hoy por el sector privado. Es la diferencia entre tener dinero y no tenerlo, y eso es lo que no se puede tolerar”, explica.
Loli Carvajal, ama de casa de 53 años, natural de Gilena (Sevilla, 3.692 habitantes), tuvo que gastar 15.000 euros de sus escasos ahorros para que su hijo pudiera ser operado en una clínica privada de una hernia detectada el pasado mes de febrero en una resonancia magnética que le realizaron. realizado a través de la SAS, cinco meses después de solicitar la consultoría. «Nos dieron cita para este mes de octubre, pero mi hijo no caminaba y lo operamos en un centro privado en mayo», explica. Ahora tienes que acudir al centro de salud para actualizar el historial médico de tu hijo, pero te encuentras con otro problema. La agenda de citas sólo se abre los viernes y las colas para conseguir una empiezan a las 6.30 horas.
Marea Blanca ha abierto un nuevo frente en los tribunales en nombre de la salud pública para el Gobierno de Moreno, después de que hace 15 días el PSOE informara de que un juzgado de Sevilla había admitido el tratamiento su queja sobre los 300 millones de contratos urgentes firmados por el Consejo entre 2021 y 2023, mucho después de que se derogara el decreto que permitía el acogimiento familiar debido a la pandemia. Esa no es la única declaración. Todos los sindicatos que integran la mesa de negociación con el Ministerio de Sanidad, a excepción del Sindicato de Médicos, han convocado manifestaciones en las ocho provincias este miércoles para protestar por el incumplimiento del pacto sobre atención primaria. cinco meses después de declararse en huelga por los mismos motivos.
Uno de los afectados por esta circunstancia es un médico de familia con más de una década de experiencia en el centro de salud de Osuna (Sevilla, 17.418 habitantes) y que prefiere no dar su nombre. “Nunca había experimentado la situación actual: la sobrecarga y el retraso en el tratamiento nunca habían sido tan pronunciados”, explica. Osuna y los 24 municipios de la sierra sur de Sevilla –al que pertenece Gilena– se han convertido en el ejemplo más visible del deterioro de los servicios de salud pública en esa provincia. De los 14 médicos adscritos al centro de Osuna, sólo hay 10 en activo, porque los demás están de baja por maternidad ampliada o se han jubilado tras muchos meses de enfermedad; De los cuatro pediatras, sólo uno acude a consulta y tampoco tienen el colchón para cubrir a sus compañeros de guardia, lo que afecta a los empleados ordinarios, porque cuando uno de los médicos descansa, tienen que ir a cubrirlo a Osuna, «donde «Ya estamos agotados». «Esto se debe a una falta de previsión», advierte.
Este profesional admite estar desbordado, con agendas de más de 60 pacientes al día. “No estoy haciendo la medicina que quiero y no puedo usar los recursos que tenemos porque hay especialidades que tardan un año en dar citas, entonces los pacientes regresan y se convierte en un círculo vicioso”, dice.
Marea Blanca no abandona sus reivindicaciones en las calles. Para el 17 de noviembre ha convocado una nueva manifestación en todas las capitales de provincia de Andalucía en defensa de la salud pública, la cuarta desde que Moreno obtuvo la mayoría absoluta. Una gran marcha precedida de concentraciones y muestras de rechazo por la crisis sanitaria y de calidad que vive el sistema sanitario público andaluz en diversos ámbitos sanitarios. La última, este domingo en Córdoba, precedida de una marcha por una decena de municipios del sur y el campo. A finales de septiembre se reunieron los habitantes de Carmona.