La continuidad asistencial ha llegado a la atención primaria de salud andaluza, pero lo ha hecho con polémica. Este sistema, que permite a los médicos atender a sus pacientes por la tarde cobrando un dinero extra, ya existe en los hospitales desde hace 15 años y fue un reclamo histórico de los profesionales sanitarios para mejorar la accesibilidad en los centros sanitarios y aliviar las listas de pacientes. Sin embargo, el pacto sellado el pasado 18 de abril entre los sindicatos y los Consejería de Salud de la Junta de Andalucía Tiene tipografías pequeñas que no convencen a todos los profesionales y que augura un intenso debate para mejorarlo. El principal problema es que solo los médicos de familia pueden utilizar este método, quedando fuera el resto de especialidades, en concreto los pediatras que son unos 2.600 en toda Andalucía, según datos de la Consejo Andaluz de Facultades de Medicina (CACM).
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Si bien en términos generales el sector está feliz de haber logrado generar continuidad de atención en los centros de salud, opinión compartida por el MCCA mostrando su «satisfacción» de que se cumpla un «reclamo histórico», hay temas poco claros que están generando malestar entre los profesionales que se sienten heridos por ser excluidos de este plan de citas. Una pregunta sobre la cual Servicio Andaluz de Salud (SAS) no hace un pronunciamiento público a pesar de que se espera que se siga discutiendo en las mesas sectoriales que se realizarán en las próximas semanas.
dos tardes al mes
Para entender esto, basta explicar que si un médico de familia quiere hacer uso de la continuidad asistencial y laboral algunas tardes, puede hacerlo cobrando la correspondiente retribución extra, pero si lo quiere un pediatra de un centro de salud. ello, no podrá hacerlo porque la norma no lo contempla. Esto contrasta con que si alguno de estos especialistas no logra terminar su jornada laboral y no tiene tiempo para atender a todos los pacientes que tiene asignados ese día, puede seguir recibiéndolos hasta el final, pero sin recibir más dinero. demasiado tiempo para estar en consulta, lo que no le sucedería a un médico de familia que utilizaba la continuidad asistencial y tenía citas programadas por la noche. Es decir, el paciente también sale perdiendo al no poder acudir a las citas de la tarde con el pediatra o el dentista. Es un problema que reconocen los sindicatos de la mesa del sector y que ha levantado malestar entre los profesionales afectados que, según fuentes sanitarias, se están organizando para protestar.
La continuidad asistencial, tal y como se plantea para la atención primaria, supone que los médicos de familia que quieran utilizarla podrán hacerlo dos tardes al mes, cobrando 43,77 euros la hora, lo que supone 218,85 euros en total por el horario máximo de cinco. que puede estar en este modo. Sin embargo, sindicatos y profesionales denuncian que el ministerio de salud comete un delito comparativo entre la atención primaria, que se brinda en los centros de salud, y la atención hospitalaria. El agravio se produce porque, según fuentes sanitarias, además de que se incluyen más especialidades y no una sola, en los hospitales se espera que la continuidad de la atención pueda darse dos veces por semana y no dos veces por mes, lo que permite que los médicos cobren. más con estas horas extras en centros hospitalarios que las que están en un ambulatorio.
Otro tema controvertido en la continuidad asistencial es que los médicos de familia que lo utilicen no solo tendrán asignados a sus pacientes, sino que podrán ver a los usuarios del centro de salud que solicitan estas citas, independientemente de que su médico de atención primaria sea otro. Algo que no es aceptable para los sindicatos y que podría solucionarse aumentando el número de tardes que cada profesional puede participar en esta modalidad. Un tema donde llueve en mojado porque lleva mucho tiempo debatiéndose y, aunque ya está aprobado, la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía ha hecho caso omiso de las afirmaciones de los especialistas de Atención Primaria. Algo que esperan cambie a partir de ahora cuando se discutan los detalles del decreto que se ha aprobado.
«Discriminación» entre profesionales
Pío Celaya es uno de los profesionales perjudicados por la letra pequeña del pacto entre los sindicatos y el SAS. Desde 2005 ejerce como médico pediatra en Huelma (Jaén), una zona de difícil cobertura y especial aislamiento. Muestra su malestar porque el decreto «solo cae dentro de los médicos de familia». Una queja a la que hay que sumar la falta de personal que aumenta el número de pacientes a atender. “Los permisos pediátricos en atención primaria no están cubiertos y hay muchas dificultades para cubrir los relevos de larga duración, que acumula muchas horas de lista de espera, y la continuidad asistencial podría ser una solución para reducir las listas de espera”. Por ello, organizaciones como la Asociación Andaluza de Pediatría consideran que el modelo supone «una discriminación muy grave» y piden a la Junta de Andalucía que lo resuelva.
«Una vez más se demuestra que la atención primaria es la hermana pobre de la salud», denuncia Antonio Macías, portavoz de UGT en el area de salud. “Es un concepto de remuneración que ya existía en los hospitales y que se intenta emular en la escuela primaria, pero no llega”, dice Victorino Girela de CSIF. Además, va un paso más allá y garantiza que «no llegará a todo el mundo» también porque solo estará disponible en aquellos lugares donde la dirección cree que «es necesario consultar tarde porque hay problemas o retrasos en las citas». . El portavoz de CSIF Él cree que los médicos ambulatorios han estado «ofendidos por este problema durante 20 años».
José Pelayo Galindo de CCOO Cree que, dado que solo ha habido una reunión sobre el tema, «la Administración está suavizando la regla» y podría acabar aumentando el número de continuidad de las ayudas que aplicará, pero cree que «habrá que verlo». . “En todo acuerdo hay límites y quedan cosas que no se pueden lograr”, dice Rafael Ojeda del unión médica. “Lamentablemente, si esperáramos a que nos dieran el total de las solicitudes, no firmaríamos ningún acuerdo. Lo que el sindicato entendió es que las cosas que se hacían eran lo suficientemente buenas para firmar. Lograr la continuidad de la atención era una necesidad muy antigua y la considerábamos una meta a la que no podíamos renunciar.” Por su parte, la SAS no respondió a las preguntas de este medio.