El trabajo que se hace en los laboratorios no siempre se conoce porque no está, digamos, en primera línea.
Los profesionales que están en el laboratorio son profesionales que trabajan en la sombra, el único contacto que tiene la ciudadanía con los laboratorios es la recogida de muestras, pero el trabajo que hay detrás no es conocido por la mayoría. Me gustaría comunicar que en este momento los datos de laboratorio representan el mayor volumen de información de salud almacenada en la historia clínica electrónica porque generamos una gran cantidad de información. De hecho, se insiste en que el 70% de las decisiones clínicas se basan en datos de laboratorio. Nuestro trabajo es tratar las muestras biológicas como un paciente, no como un tubo de ensayo con un poco de sangre, e intentar sacar de esa muestra toda la información posible con la calidad adecuada y en el momento adecuado. Todo ello para que pueda ser útil en la atención clínica del paciente, tanto para el diagnóstico, para establecer el pronóstico, para el seguimiento del tratamiento… Aquí es donde los laboratorios generan información muy útil para la atención clínica.
¿Cómo se logra esa humanización en un proceso que a primera vista puede parecer frío?
En primer lugar, dentro del laboratorio intentamos transmitir la importancia de lo que estamos haciendo. En los laboratorios se manipulan miles de muestras al día; a veces, si los volúmenes son muy grandes, se llega al límite de lo que significa ser una fábrica de resultados. Soy de los que piensa que no podemos traspasar ese límite, no construimos resultados, sino que interpretamos la salud del paciente con lo que medimos en sus muestras biológicas. Por ello no podemos limitarnos a dar un número y un resultado, sino que debemos evaluar al paciente de forma global, viendo su historia clínica, el motivo por el que solicita esta prueba, interpretando el resultado y aportando información que ayude al clínico. Es decir, pasar de ser una fábrica que genera resultados a ser un componente más de la cadena de procesos de salud. Debe ser muy importante para nosotros saber que lo que estamos tratando es una parte de una persona que nos ha sido prestada para obtener un resultado, que tiene su valor y debemos aceptarlo.
¿Puedes transmitir esta filosofía a los equipos con los que trabajas?
En los cuarenta años que llevo ejerciendo la profesión siempre lo he transmitido a todos mis colaboradores, en todos los cargos que he ocupado dentro de la administración y dentro de las asociaciones científicas en las que participo porque creo que es lo que da valor a nuestro trabajo. Cuando en un equipo la persona que lidera el equipo no se limita sólo a dar instrucciones u órdenes organizativas, sino que transmite una filosofía de trabajo y una forma de entender la profesión, los compañeros responden adecuadamente y todos seguimos la misma línea. Lo único que debes tener en cuenta es plantearlo, recordarlo y evaluar a los campeones como pacientes. En el día a día del laboratorio del Hospital Valle de Los Pedroches, esta filosofía es la base de nuestros criterios de calidad en la atención a todos los pacientes.
¿Cree que su papel también sirve para potenciar el trabajo rural, en este caso, en el sector sanitario?
Una de las cosas que más satisfacción me dio de este encargo es la confirmación de que puedes trabajar en cualquier lugar, lo importante no es el lugar, sino lo que haces. Desarrollé todo el sistema informático que se utiliza en Andalucía para hacer la solicitud electrónica y lo hice desde un hospital comarcal periférico, que son centros difíciles de cubrir porque hay cierta tendencia a trabajar en hospitales centrales. No hace falta estar en un hospital de mil o dos mil camas para hacer cosas útiles para la sociedad y el sistema sanitario. Lo importante son las aspiraciones que tenemos, las ganas que tenemos de mejorar la atención al paciente y dedicarnos a nuestra empresa que es SAS, un servicio público. Estar en un centro u otro no te limita en absoluto.
¿Qué desafíos se plantean en este nuevo cargo?
El puesto en sí es un desafío porque implicará mucho trabajo y dedicación. El cargo de director del Plan Andaluz de Laboratorios Clínicos implica tener una visión global de los recursos disponibles de los laboratorios clínicos en Andalucía, de todas las especialidades: bioquímica, inmunología, microbiología, hematología y anatomía patológica. También está vinculado a líneas de trabajo transversales como la genética y la biología molecular. Mi función es intentar tener una visión global para aprovechar al máximo los recursos disponibles. Conozca qué líneas hay que organizar para compartir recursos, vea cómo esto se puede aplicar para que la población reciba una atención equitativa en toda la comunidad. Implica mucha organización, ver los recursos disponibles y ver qué se está haciendo en cada sitio. Ese es el objetivo, pero todo ello conlleva la necesidad de estandarizar las licitaciones públicas, revisar la cartera de servicios que se ofrecen en todos los centros para crear sinergias y revisar lo que estamos enviando a laboratorios externos.