ito Salas
Las comunidades almacenaron siete millones de inyectables, una ‘reserva’ que obligó a Health a vender algunos de los viales a países como Nueva Zelanda.
Esta semana ha comenzado la vacunación con una tercera dosis para los ancianos residentes en residencias en Andalucía. Y el Ayuntamiento ya ha puesto sobre la mesa la necesidad de extender la campaña de este tercer picadura a los nuevos grupos de edad. La estrategia apunta a mantener a raya la pandemia, cuya quinta ola ya se considera terminada. Con una incidencia acumulada que roza los parámetros de la llamada nueva normalidad y una presión hospitalaria cada vez más reducida, las administraciones buscan la forma de evitar un sexto ictus del coronavirus. Pero la repentina urgencia de administrar esta tercera dosis (inicialmente se acordó en conjunto con la campaña de vacunación antigripal, entre noviembre y febrero) también responde al excedente acumulado por todas las comunidades autónomas: a los nueve meses hay muchas más vacunas que personas que no están inmunizados.
España tiene almacenados unos siete millones de dosis, una ‘escolta’ que obligó al Ministerio de Sanidad a suspender los envíos semanales. El departamento que dirige Carolina Darias ya ha vendido las dosis a precio de coste a países como Nueva Zelanda. El gobierno también mantiene su compromiso de donar millones de vacunas a países de América Latina y África, donde el porcentaje de población vacunada sigue cayendo en picado. Pero aun así habrá dosis en los congeladores de las autonomías. Y la tercera vacuna se convirtió en una forma de sacarlos. Fuentes del Servicio Andaluz de Salud (SAS) confirman que en Málaga, como en el resto de provincias andaluzas, hay dosis que caducarán «dentro de unas semanas».
Pero el ejecutivo regional quiere protegerse de cualquier atisbo de crítica. Por eso, la viceministra de Salud, Catalina García, dejó claro esta semana que la SAS está reorganizando todas las vacunas caducadas para evitar enviarlas a residencias de ancianos, aunque paradójicamente insiste en que son plenamente efectivas porque su seguridad sigue vigente. no ha expirado, pero no se le vacunará con esas dosis en los hogares de ancianos «. En Andalucía hay cientos de miles de personas sin inmunizar, una cifra que en la provincia de Málaga ronda las 200.000. Son los más reacios a vacunarse, incluso si no siempre son negadores: los expertos advierten que a veces solo llegan tarde para aquellos que ya han establecido docenas de puntos de vacunación sin cita previa.