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Los interventores sanitarios andaluces niegan la asignación manual de 300 millones a Moreno Bonilla

10 septiembre 2024

La sanidad andaluza continúa en medio de la crisis mientras que la información sobre su deterioro se superpone con nuevos datos sobre la gestión pública. Por ahora se ha sabido que es el Consejo el que lidera el partido popular Juan Manuel Moreno Bonilla recibió un golpe en la oreja por parte de los intervinientes. En concreto, los auditores de SServicio Andaluz de Salud (SAS), quien informó la abuso del sistema de contrato de emergencia en el ejercicio 2021, con el que cerrar 300 millones de euros a empresas privadas “sin justificación alguna”.


Abuso del sistema de contratación en el SAS

Segundo publicado este martes por elDiario.esEl organismo supervisor de la Junta de Andalucía ha emitido un documentobajo el nombre Informe final de control del cumplimiento de la legislación aplicable en las prácticas de tratamiento de emergencia 2021en el que denuncian que el Consejo ha emprendido una uso «incorrecto». de contratación de emergencia -sin publicidad ni concurso competitivo ni inspección preventiva- hasta un año después del impacto de la pandemia del coronavirus, por lo que ya deberían haber vuelto al procesamiento ordinario.

De hecho, el informe de 138 páginas afirma que en mayo 2021 «la pandemia ya estaba muy templada» dado que era más «predecible» respecto a 2020, y por tanto «ya deberían haber sido contratados» según el procedimiento ordinario«. El marco de actuación excepcional fue permitido por el Gobierno central para acelerar la actuación de las administraciones en la peor fase de la crisis sanitaria, y Fue derogado ese mismo mes..

El análisis realizado por la Intervención SAS, que es»desfavorable«De todos los contratos ejecutados ese año -3.669 prácticas por un valor de 296,3 millones de euros para empresas privadas-, subraya también «mal uso o abuso» del sistema de negociación de emergencia durante ese año, cuando 126 consultas con un coste aproximado de 56,6 millones.

Según recoge el citado medio, el documento asegura que la decisión del SAS de ampliar este sistema hasta finales de 2021 supuso ignorar las órdenes del Consejo Consultivo Estatal en Contratación Pública de abril de 2020 y de la propia Hacienda andaluza, que ya había notificado por escrito al Departamento de Salud que debería “recurrir a negociaciones de emergencia” para “hacer frente al Covid-19”. «carácter excepcional y residual». «El artículo queda totalmente derogado», recordó también.

Sin embargo, la dirección de SAS resta importancia a estas críticas, asegurando que «no tiene virtualidad»y asegura que tras su derogación el marco legal «la norma siguió vigente que, dentro de la Comunidad Autónoma de Andalucía, estableció la misma justificación para el uso de la contratación de urgencia». Pero el Tribunal critica que «realizó una serie de juicios de valorque no serán investigados ya que no se trata de acusaciones de incumplimiento regulatorio».

El segundo estado de alarma

Los intervinientes, de hecho, creen que el Estado de Alarma en ese momento ya no respondía a un «urgencia urgente derivadas de hechos imprevisibles para el órgano de contratación y no imputables a éste», la tres requisitos requerido por la Ley de Contratos del Sector Público (LCSP) para justificar las adjudicaciones sin publicidad ni presenciacomo se hacía entonces en Andalucía. Cabe señalar que Los médicos del SAS se sienten «abandonados».

“Antes de la exposición de las obras, es necesario destacar que, una vez finalizado el segundo Estado de Alarma por la pandemia -9 de mayo de 2021-, no encuentra justificación recurrir a la negociación de emergencia, justificando este tratamiento en la situación provocada por el COVID-19″, añade también el documento, donde se precisa que en ese periodo no hubo «alteraciones significativas» de la actividad, ampliando así la excepcionalidad ya no tenia sentido.

«De lo contrario, se utilizaría el procedimiento de emergencia». algo diferente a lo previsto en la citada ley limitar los principios de libertad de acceso, publicidad, transparencia, no discriminación, integridad y competencia también en la contratación pública uso eficiente de los fondos públicosprincipios sancionados por la legislación tanto estatal como autonómica y de la Unión Europea», subrayan.

Por ello, los auditores acusan a SAS de ignorar los requisitos mínimos una docena de artículos LCSP que regulan los requisitos para justificar la negociación manual, incluidos los necesarios por parte de la Administración «acreditar la solvencia económica, financiera, técnica y profesional» de las empresas con las que estipula contratos para minimizar «situaciones de riesgo». «Esto significó que no hubo verificación. de las condiciones de idoneidad, capacidad y no repetición de las prohibiciones de contratar, cumplimiento de las obligaciones tributarias y de seguridad social exigibles a todo adjudicatario del contrato”, se lee.

Esperanza Aguirre y María Jesús Montero. Procesamiento propio


Las reservas tampoco están justificadas.

Sin embargo, el informe plantea «advertencias particularmente relevantes» a los beneficios millonarios asignados a mano, tanto porque «su carácter de emergencia no está suficientemente justificado» o porque “los servicios contratados son anteriores a 2020, por lo que los servicios contratados no se limitan a servicios directamente relacionados con la pandemia”. Pero el SAS ni proporciona ninguna justificación «de la imposibilidad de promover procedimientos de licitación que permitan la libre competencia, la igualdad y la transparencia entre los postores».

En algunos contratos, ejecución por empresas privadas adjudicatarias no empezó en un mestal y como exige la ley de contratos públicos. Muchas de ellas comenzaron a aplicarse posteriormente y, a juicio de la Interventora, «ese contrato debió tramitarse por procedimiento común«. En efecto, 98% de los contratos analizados muestran este tipo de irregularidad.

El SAS ya ha presentado una serie de acusaciones contra el informe provisional presentado por los intervinientes, quienes sin embargo los rechazaron prácticamente todos y en el final reiteraron sus conclusiones, destacando que «hubo habido errores significativos y reiterado en el tiempo». Todo ello criticando al sistema andaluz por responder de forma «claramente inoportuno» -en mayo de 2023- con un informe sobre el “grado de implementación de las recomendaciones” una vez transcurrido el tiempo.

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