SEPRONA busca dos Linces desaparecidos
Tras el descubrimiento de sus collares de geolocalización en diferentes lugares de la provincia de Córdoba.
El servicio de protección de la naturaleza de la Guardia Civil busca desde enero el descubrimiento del primero de los dos collares cerca de la localidad de Adamuz.
Se descubrió que el rastreador se grabó en un macho adulto llamado Pajarón que fue liberado en el Parque Nacional Sierra Morena el año pasado.
El collar fue entregado a Life Lince Project, una organización que trabaja para reintroducir al gran felino en España y, según un comunicado, mostraba signos de « robo ».
El segundo fue encontrado a principios de este mes en el cauce del río Guadalquivir por el equipo de buceo del Grupo de Actividades Especiales Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil.
Se descubrió que pertenecía a un macho de siete años que fue liberado en diciembre del criadero La Olivilla en el Parque Natural Cardeña-Montoro.
La Guardia Civil ahora tiene la tarea de intentar determinar la causa de la desaparición, pero las esperanzas son escasas debido a la naturaleza de los hallazgos.
«Los collares utilizados para rastrear linces están sujetos de tal manera que es casi imposible quitarlos o rasgarlos de forma natural». dice Centro La Olivilla.
«Esto sugeriría que fueron borrados intencionalmente desafortunadamente, pero estamos esperando los resultados de la investigación antes de saber más».
Grupos ecologistas temen por la suerte del lince tras una serie de encuentros entre el gran cazador de felinos y los propietarios de las fincas cordobesas.
Los centros de cría han liberado gradualmente más y más especímenes en la naturaleza, pero la dramática reducción en la principal fuente de alimento de los gatos, los conejos, ha llevado al mamífero a las áreas urbanas en busca de alimento.
Para 2020, las cifras habían alcanzado un máximo histórico en España, con casi 900 individuos registrados actualmente en la naturaleza.
Esto ha llevado a los linces a dirigirse a las granjas en busca de pollos, un blanco fácil para un depredador hambriento pero de gran preocupación para los propietarios de granjas.
En 2018, un granjero en el área de Adamuz notó que sus vecinos habían perdido hasta 800 pollos en un año y que en ocasiones veían de ocho a diez linces en los campos a la vez.
A los ambientalistas les preocupa que los animales hayan sido víctimas de los agricultores armados con armas que protegen a su ganado, «estos animales están menos protegidos, son más vulnerables y pueden generar conflictos».