Recuperar la sanidad pública andaluza. Nuestra salud no es vuestro bien». Este es el lema de la pancarta que abrió el evento en Sevilla, organizado por la Marea Bianca. Médicos, enfermeros, ciudadanos y representantes sindicales y políticos de izquierdas salieron a la calle en la mayor manifestación multitudinaria contra el Gobierno de la Junta presidida por Juan Manuel Moreno Bonilla, del PP. Los médicos preparan más manifestaciones y amenazan con ir a la huelga si no se aceptan sus solicitudes. Entre las peticiones: contratar 4.000 médicos en Atención Primaria, y otros 4.000 para hospitales.El portavoz de Marea Blanca, el ya jubilado médico Sebastián Martín, recuerda que durante la pandemia se contrataron 20.000 baños y se despidieron 8.000, en octubre. para los restantes 12.000 contratados terminará. que pasara con su futuro?
“Buenas noches, quiero informarles que me operaron de cáncer bucal y pude comprobar las buenas instalaciones sanitarias que tenemos. Amas de casa, enfermeras, médicos, me salvaron la vida. Lo digo porque quiero defender a la ciudadanía. Salud… Estoy preparado para luchar y luchar en mi nueva guerra contra el cáncer. Juan Ferreras Iglesias escribió recientemente esto en Facebook. Juan es un excelente fotógrafo de Granada. Ahora ha tenido el coraje de contar el trance que está pasando y el reconocimiento de Salud Pública. L «el año pasado, el abajo firmante tuvo que hacer frente a una grave enfermedad. La rápida identificación del problema en mi centro de salud y la diligencia de los servicios médicos del Hospital Valme me permitió salir adelante en el difícil calvario después meses de tratamiento. Ahora recibo tratamiento de mantenimiento y mi cuerpo responde muy bien, aunque siempre hay que estar alerta. Lo digo porque, como Juan Ferreras, también quiero agradecer públicamente aquí n se lo debemos a la Seguridad Social ya la sanidad pública, ya los excelentes profesionales médicos y de enfermería que en Andalucía y el resto de España cuidan de nuestra salud y salvan muchas vidas. En mi experiencia particular, me quito el sombrero ante la vocación y entrega al servicio de los demás, ante los profesionales que nos cuidan. Cuando ves las consultas y salas de espera llenas de gente luchando contra una grave enfermedad, y compruebas el grado de profesionalidad de los médicos, enfermeras y demás sanitarios públicos, descubres la grandeza y entrega de su vocación.
Durante muchos años nos ha preocupado el deterioro de la salud pública. El Servicio Andaluz de Salud fue creado en febrero de 1984, el sistema sanitario público de Andalucía era uno de los mejores de España. Fue una etapa apasionante y enriquecedora en la historia de la autonomía andaluza.
Mantener y fortalecer la salud pública y la educación pública significa garantizar dos de los derechos fundamentales de los ciudadanos consagrados en la Constitución y los Estatutos de Autonomía. Defenderlos hoy es defender un futuro más sano y más culto y educado para nuestros nietos. El modelo sanitario español, y el andaluz en particular, debe volver a la senda de la excelencia y por ello es necesario revisar y actualizar los salarios de los sanitarios que obligan a muchos jóvenes a buscar trabajo en otros países. Y ante la falta de personal y medios, la respuesta de algunas comunidades es la reducción sistemática de personal y asistencia médica telemática, contrariando la ética más básica de la medicina, que consiste en escuchar, ver y tocar al paciente para establecer un diagnóstico.
Según el Ministerio de Sanidad, con datos de 2020, en una decena de parámetros clave, la sanidad andaluza está por debajo de la media española, según publica este periódico. El gasto sanitario público por habitante en Andalucía fue de 1.459 euros, frente a la media nacional de 1.701. En médicos generales, la ratio en Andalucía es de 0,75 por cada 1.000 habitantes, la media nacional es de 0,78 y en Madrid es de 0,69. En atención especializada, la ratio en Andalucía es de 88,6/1.000 habitantes, frente a 92,18 a nivel nacional. E incluso en enfermería estamos por debajo de la media nacional. Por ello, no debe extrañar que cientos de miles de ciudadanos hayan pedido recientemente al presidente de la Comunidad de Madrid que ponga remedio a una situación que se prolonga desde hace tiempo y que cada minuto empeora. Lo inteligente en un gobernador es escuchar a la calle y evitar sangrar el sistema de salud. Lo que es estúpido e irresponsable en un político es aceptar el autoritarismo y culpar a otros de los males que hemos causado cuando está en juego la salud o la muerte de las personas, como ha sucedido en algunas residencias de ancianos con el Covid-19. Entonces vimos con dolor cuántas vidas se habrían perdido y se podrían haber salvado si la protección de la salud pública hubiera prevalecido sobre los intentos de privatización. Si defendemos la salud pública y la educación pública, defenderemos el bienestar de las generaciones futuras. Nuestros hijos y nietos nos lo agradecerán.