Con distintos argumentos y señalando distintos culpables, los sindicatos y la propia Ministra de Salud, Catalina Garcíaya lo han advertido: asistencia en centros de salud este verano «Va a ser muy complicado». Porque hay escasez de médicos. Durante años, las organizaciones sindicales, las asociaciones gremiales y los propios trabajadores han advertido que los contratos cortos y precarios que ofrecen los Servicio Andaluz de Salud (SAS) no contribuyen al mantenimiento del personal.
La realidad no es muy halagadora. EL centros de salud en la provincia de málaga afrontar este verano con más de 70 puestos médicos de nueva creación Descubrimiento. Una cifra a la que hay que sumar los huecos de plantilla por enfermedades, excedencias y jubilaciones no reemplazadas y -ahora que comienza el periodo estival- los que se van de vacaciones.
Esas más de 70 vacantes son las llamadas división de acciones aprobado hace más de un año, pero aún pendiente de finalización. Se trata de nuevos puestos, creados en los centros de salud más saturados.
Pero sólo están en el papel. «Están autorizados y se han creado los códigos médicos correspondientes, pero hasta que no haya presupuesto para costearlos no existirán», afirma el delegado del Sindicato Médico de Málaga (SMM) en Atención primaria, José Antonio Becerra.
La creación de estos nuevos lugares es consecuencia de un consenso de Consejo Interterritorial de Salud -donde están representadas todas las comunidades autónomas- de hace cinco años. En abril de 2019 este organismo presentó la Marco estratégico para la atención primaria y se acordó dimensionar el personal de esta área asistencial. Luego, el Consejo se fijó el objetivo de fijar cuotas máximas en 2022 1.500 pacientes del médico de familia e 1.000 al pediatra. Fue en cumplimiento de ese acuerdo que el SAS autorizó estos puestos (llaves o cuotas) de nueva creación en la provincia a finales de 2022 -ya más tarde de lo acordado-.
Aunque en su momento el Sindicato Médico de Málaga habló de ello 77 nuevas plazas para centros de salud (70 médicos de familia y siete pediatras), precisó el SAS 166: 74 de médicos generales, 9 de pediatras y 83 de enfermeras, ya que se crean equipos (tándem médico-enfermera).
La SMM afirmó el año pasado que sólo se habían inscrito un par de profesionales. Entonces, más allá del leve baile de los números, lo cierto es que existen más de 70 puestos de médicos de atención primaria con licencia y creados que no están cubiertos.
Tal permiso es en realidad un reconocimiento por parte de SAS del déficit existente. Incluso estas deficiencias son mayores hoy. Por dos razones. La primera es porque la población ha aumentado respecto a años atrás. La segunda es porque el Pacto por la atención primaria alcanzado entre los sindicatos y el SAS en 2023 ha rebajado incluso las ratios respecto al acuerdo del Consejo Interterritorial. La Administración Sanitaria de Andalucía ha fijado el límite de pacientes asignados por médico de familia 1.300 y al pediatra en 900. Incluso si el contrato nacional fija el límite a 1.500 y los autónomos en 1.300, “la realidad es que hay centros que tienen alrededor de 2.000 pacientes asignados a cada médico”, informa Becerra. El representante de la SMM recuerda que uno de los objetivos del Pacto por la atención primaria era reducir los ratios. “Pero ese acuerdo no se respetó”, advierte.
De hecho, en su época el Unión Médica Andaluza (SMA) no lo firmó y ahora las cuatro organizaciones que lo han firmado –Satse, CSIF, UGT y CCOO– están realizando movilizaciones para denunciar su incumplimiento. Entre estos, uno huelga de tres horas programado para el 26 de junio.
Becerra también señala que ese déficit de médicos de atención primaria hace que ni siquiera se esté cumpliendo con la limitación de agendas. Según los acuerdos alcanzados debe haber un límite 35 pacientes por día por médico de familia y 25 por pediatra. El representante de SMM afirma que este número suele seguirse en la agenda oficial de cada profesional. Pero luego hay una “agenda paralela” que se suma a la anterior. Por lo que al final se supera el límite acordado de 35 o 25 usuarios por médico.