Todos estaremos de acuerdo en la escasez actual de trabajadores de la salud en el NHS. En este artículo me permitirán centrarme en la falta específica de médicos. Más concretamente, en quienes trabajan en el sector público.
Sorprende ver el creciente debate en las instituciones públicas y los medios de comunicación sobre la oportunidad de aumentar el número de plazas para estudiantes de medicina en las universidades españolas, como solución definitiva a la actual escasez de profesionales. Me sorprende, fundamentalmente, que esta sea una decisión cuyas consecuencias impactarán dentro de una década.
Considero relevante analizar los datos disponibles actualmente, así como las previsiones futuras, para evaluar el grado de acierto o error que conlleva esta decisión. El estudio realizado por el Ministerio de Sanidad (‘Informe de oferta-necesidad de médicos especialistas 2021-2035’) aporta datos contundentes que muestran, en mi humilde opinión, una realidad: el aumento de estudiantes de medicina no es la solución al déficit de médicos .
El informe del Ministerio de Sanidad (extenso pero muy claro y contundente) arroja datos que no admiten discusión:
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Entre 2021 y 2035 habrá un incremento en España de 21.961 médicos. En 2021 había 192.484 médicos y en 2035 habrá 214.445.
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El número de médicos cada año se establece por el equilibrio entre el número de jubilaciones y las nuevas incorporaciones que se producen mercado de trabajo después de terminar el MIR.
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Ahora mismo (y hasta 2028) la balanza es claramente a favor de la jubilación, siendo enorme el número de médicos que están terminando y terminarán su carrera de aquí a 2027-2028.
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El punto de inflexión, según el Ministerio, será 2027. A partir de ese momento (2027-2028) y hasta 2035, por razones estrictamente demográficas, esta tendencia se invertirá. Habrá muchas menos jubilaciones que entradas al mercado laboral y tendremos un aumento significativo de médicos (con los actuales estudiantes de medicina).
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El número de médicos que trabajan en el sector privado es del 30%, esta cifra aumenta cada año.
Con estos datos, coincidimos en que las conclusiones son claras:
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Aumentar plazas en las facultades de medicina en 2023, cuyos alumnos empezarán a ejercer como especialistas en 2034-2035, no resuelve el problema actual. De hecho, puede ocurrir el efecto contrario.
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El déficit actual de especialistas en el sector público se debe básicamente a las condiciones laborales, salariales y contractuales que existen para estos profesionales.
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Esta situación, bastante extendida, se da sobre todo en Atención Primaria y en algunas especialidades hospitalarias.
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En la última licitación del MIR (2022), de las 2.336 plazas de Médicos de Familia que se habían convocado, casi el 10% quedó desierto. Es decir, más de 200 médicos han optado por otra especialidad o, lo que es peor, han decidido repetir el MIR por no considerar la Medicina de Familia una opción satisfactoria para su vida profesional.
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La mejora de las condiciones contractuales (siguen contratando médicos por periodos muy cortos) y el aumento de sueldo son la única forma de hacer atractiva la posibilidad de formar parte del sistema público y evitar el actual traspaso de profesionales médicos al sector privado.
Los datos actuales y las previsiones futuras admiten poca discusión. La única duda radica en la determinación y la voluntad real de implementar la única solución posible: ¡mejores contratos y mejores condiciones salariales!