Rescate del cuerpo sin vida de Lorenzo Román. / Alfredo Aguilar
La búsqueda del joven ha activado a decenas de voluntarios en una movilización pocas veces vista en la ciudad de Granada
La búsqueda de Lorenzo Román terminó ayer de la peor manera. Su cuerpo apareció por la tarde en el fondo del barranco del Hornillo, uno de los que bajan del barrio granadino de El Fargue, en la carretera que conduce a la Abadía del Sacromonte, trece días después de la última vez que se le vio con vida, el día 13. Septiembre.
El aviso lo recibió el Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) del Servicio Andaluz de Salud, en su sede del barrio del Zaidín. “La llamada llegó como a las tres de la tarde”, cuenta uno de los integrantes del equipo de salud en el lugar del hecho. “Se identificaron como amigos de la familia Lorenzo Román, quienes aprovechaban el domingo para recorrer esta zona agreste de la ciudad para ver si encontraban algún rastro de la persona desaparecida”.
Según este testimonio, este grupo de personas percibió un fuerte olor y al acercarse al lugar comprobaron la presencia de un cadáver. Inmediatamente se organizó el operativo fijado para este tipo de casos. Hasta el lugar se desplazaron patrullas de la Policía Local y de la Policía Nacional, un camión con un equipo de bomberos, los sanitarios del SUAP del Zaidín y efectivos de la Policía Judicial, así como el forense.
La policía confirmó que se trataba de un hombre de unos 38 años cuya desaparición fue denunciada el 13 de septiembre.
La operación de rescate del cuerpo fue complicada ya que fue encontrado en el fondo del barranco del Hornillo. Es un descenso complicado de unos tres kilómetros, empinado y con piedras sueltas. Bajaron los bomberos, los sanitarios, agentes de la Policía Local y Nacional y de la Policía Judicial, además del forense. Tras realizar las gestiones previstas en estos casos, los bomberos subieron por la ladera con el cuerpo en camilla.
Delante, uno de los aseos colocaba carteles para que el cortejo no se desviara de la calzada hasta donde estaban aparcados los vehículos y esperaba el coche fúnebre. Anteriormente, para llegar al cuerpo había que usar una motosierra para despejar el camino. Tal fue el esfuerzo que tuvo que hacer el Cuerpo de Bomberos durante el traslado que se detuvieron a mitad de camino. De igual forma, el médico del SUAP tuvo que llevar una máscara de oxígeno en la ambulancia luego de subir el desnivel desde el fondo de la quebrada, dado el cansancio que le suponía.
El coche fúnebre esperó al costado del camino para terminar el traslado. /
alfredo aguilar
Durante las operaciones de rescate, la Policía Nacional comenzó a investigar y a realizar las comprobaciones necesarias para la correcta identificación del cuerpo. «Estamos tomando huellas dactilares para verificar la identidad de la persona fallecida», explicó el portavoz de la Policía Nacional sobre las seis de la tarde. Lamentablemente, todo sobre el escenario indicaba que el fallecido era el propio Lorenzo Román.
A media tarde se cumplieron los peores presagios. La Policía Nacional confirmó sobre las 19:00 horas que se trataba de un hombre de 38 años y cuya denuncia, en efecto, de desaparición se registró el 13 de septiembre.
Las primeras condolencias
Tras la publicación de esta triste noticia, las redes sociales comenzaron a expresar su dolor por el fallecimiento de Lorenzo Román y sus condolencias a la familia, en especial a su madre, la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Granada, María de Leyva. El alcalde de la ciudad, Paco Cuenca, lo expresó sobre las ocho y media de la tarde en un tuit: «Tras 12 días de búsqueda, Lorenzo, su hijo, fue encontrado sin vida. Quiero enviar todo el amor y toda la fuerza a mi pareja @mariadeleyvacam, quien hoy recibió un duro golpe.
La investigación de Lorenzo Román ha movilizado en los días previos a decenas de voluntarios que nunca han perdido la esperanza. Los volantes se distribuyeron y pegaron por toda la ciudad. Las redes sociales se activaron y fue buscado por todos lados en una movilización pocas veces vista en la ciudad de Granada.